La dispraxia es un trastorno común que afecta a un promedio de 6 de cada 10 niños. Esta cifra solo incluye niños entre 5 y 12 años.
Se describe como un trastorno del neurodesarrollo. El consumo de alcohol y tabaco durante el embarazo podría inducir la aparición de dislexia. Un niño con dispraxia corre el riesgo de tener dificultades de aprendizaje. No confunda la dispraxia con otros trastornos. Por eso es necesario dar los síntomas de esta “patología”. Sin mencionar algunas soluciones complementarias.
Infórmese bien para poder ayudar mejor a su hijo dispráxico. Hemos escrito una descripción general de los signos y las posibles soluciones para seguir su progreso y evolución.
Diferentes signos observados en el niño dispráxico
¿No estás seguro de si tu hijo es dispráxico? Aquí hay algunas señales que debe buscar para asegurarse y pedir ayuda. Sin embargo, se requiere un diagnóstico para su confirmación. La dispraxia será confirmada por un médico (pediatra, psiquiatra, etc.).
Dificultades para percibir el espacio.
El día a día de un niño dispráxico no parece fácil. En particular, si el estudiante está en una “clase regular”. De hecho, el niño dispráxico tiene trastornos visoespaciales. La información visual tiende a ser mal percibida, lo que resulta en una mala orientación en el espacio. Estos inconvenientes se manifiestan de varias maneras.
El niño puede sufrir de una mala orientación espacial. El trastorno también resulta en un pobre sentido de orientación. Notarás que un niño dispráxico tiene dificultad para ubicar ciertos objetos en el espacio. Tal niño tendrá dificultad para mantener el equilibrio. Además, no se sorprenda si encuentra que le resulta difícil seguir un camino.
Dificultades para adquirir la coordinación.
En un niño dispráxico, los músculos funcionan normalmente y se han desarrollado bien. Pero el padre puede pensar que hay un trastorno motor debido a las similitudes observadas. ¡Este no es el caso! Es importante saber que este trastorno está relacionado con el sistema nervioso central (SNC). Este último está compuesto por el cerebro y la médula espinal. Es gracias a este poderoso sistema que el ser humano puede asegurar la gran mayoría de las funciones de su cuerpo. Tenemos pensamiento, percepción, memoria, etc.
Esta es la razón por la que un niño dispráxico tendrá dificultades para coordinar los movimientos. Se trata principalmente de acciones voluntarias. Sabemos que los movimientos reflejos son independientes de la voluntad. Un niño con dispraxia puede tener dificultad para atarse los zapatos. Sin embargo, es un gesto simple que aprendemos a hacer desde el principio. Se trata de un gesto bastante fácil como vestirse. Mencionemos también el caso de los llamados gestos “brutales”.
un niño torpe
Hay una diferencia entre la torpeza y la dispraxia. Es necesaria una breve explicación para que todos tengan las ideas claras. No todos los niños torpes son dispráxicos. Sin embargo, la dispraxia promueve esta condición en los niños. Los gestos torpes se pueden observar en un niño normal. En el caso del niño dispráxico, la torpeza se manifiesta tanto en su vida diaria como en la escuela. Tiene dificultades para realizar correctamente algunas de sus actividades escolares debido a su torpeza. Además, en la dispraxia, los gestos torpes se repiten con mayor frecuencia.